Descripción
Discernir los espíritus es descubrir lo que viene de Dios, o de la naturaleza humana herida o del demonio en las personas, lugares o en casa, es ir al encuentro de la verdad. El discernimiento nos revela lo que es bueno para nosotros desde el punto de vista de Dios, de su plan de vida para nosotros.
La verdad puede no agradar siempre, pero nunca deja de salvar. Al aproximarse a Dios; la persona toma conocimiento de sus deformidades y pecados, eso le causa dolor, pero es un sufrimiento terapéutico que quema las misericordias y cauteriza las heridas.
La cura y la liberación comienzan con el discernimiento; cuando toma conocimiento del mal, la persona rompe con él.
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