Descripción
En la encíclica Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, el Papa Francisco, inspirado nuevamente por San Francisco Asís, el santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría, nos anima a perseguir un «sueño», una nueva vida con sabor a Evangelio para edificar una fraternidad universal. Señala que Jesús no nos quiere «siervos», sino «amigos» que conformen una fraternidad para ampliar un horizonte que rebase los meros intereses de poder.
En la encíclica, la parábola del Buen Samaritano es modelo de caridad y de inclusión social que se acerca, acoge y sale al encuentro del dolor y del sufrimiento de la persona, de los que han sido abandonados en el camino: los migrantes, las mujeres, los niños y todos aquellos que sufren diversos tipos de pobreza o exclusión.
Urge cultivar el diálogo social creativo en bien de la fraternidad y de la amistad social como dos polos inseparables y coesenciales. Pero para ello es necesaria una sana política que promueva el bien comun.
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