Descripción
“Si me voy el purgatorio, tú me sacarás de allí”. Era una broma que solía hacerle sor María Gabriela a sor María de la Cruz cada vez que esta la regañaba, pues no era muy perfecta, sobrenaturalmente hablando. Pero ninguna de ellas pensaba de verdad que eso era precisamente lo que iba a ocurrir. En el año 1871, a causa de una grave epidemia, falleció sor María Gabriela en su convento de Valognes (Francia), a los 36 años de edad. En 1874, después de tres meses escuchando unos gemidos desconocidos, sor María de la Cruz escuchó una voz muy conocida: “¡No tengas miedo! Soy sor María Gabriela. Tú no verás mis sufrimientos”. Aquella alma en pena le hizo saber a su antigua compañera que, dado que había menospreciado con frecuencia sus consejos, ahora tendría que multiplicar sus visitas para ayudarle a santificarse. Entraba en el plan divino que fuera sor María de la Cruz quien, por su santidad de vida, aligerara las penas y, finalmente, liberara a aquella que le había hecho ejercitar tanto la
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